El Obelisco Macho es uno de los monumentos más representativos del Malecón de Santo Domingo, y aunque a simple vista parece una estructura decorativa más, su historia está profundamente ligada a uno de los períodos más oscuros de la República Dominicana: la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo.
El Obelisco Macho fue construido en el año 1937 por orden directa de Trujillo, como parte de una serie de obras con las que buscaba exaltar su figura y su régimen. En ese entonces, su intención era celebrar el cambio de nombre de la ciudad de Santo Domingo a “Ciudad Trujillo”, una acción que evidenciaba el culto a la personalidad que caracterizó su dictadura. La estructura mide 40 metros de altura y fue diseñada por el arquitecto Guillermo González, uno de los más reconocidos de la época. Se trata de una columna cuadrada, imponente, situada en una avenida estratégica para que todo el que transitara por el Malecón pudiera verla. Originalmente, el monumento llevaba inscripciones y símbolos trujillistas, así como dedicatorias que glorificaban al dictador. Sin embargo, con la caída del régimen en 1961, esos elementos fueron retirados y el obelisco fue resignificado por el pueblo dominicano.
Hoy en día, el Obelisco Macho ya no representa el poder de un hombre, sino más bien la resistencia del pueblo dominicano. Se ha mantenido como un testigo silencioso de la historia, de las luchas por la libertad y de los cambios sociales que ha vivido la nación. Aunque no ha sido intervenido artísticamente como el Obelisco Hembra, su presencia sigue siendo poderosa. Muchas personas lo consideran un recordatorio de cómo el poder puede ser usado para oprimir, pero también de cómo los pueblos pueden levantarse y transformar su historia. Además, a su alrededor se han realizado desfiles, manifestaciones patrióticas y actividades culturales, lo que lo convierte en un punto de encuentro y expresión ciudadana.
El Obelisco Macho es parte de la historia viva de Santo Domingo. Forma parte del paisaje urbano, pero también de la memoria colectiva de una generación que luchó por democracia, libertad y justicia. En la actualidad, su estructura se mantiene restaurada y vigilada, y continúa siendo un referente para locales y visitantes. Más que un simple monumento, el Obelisco Macho nos invita a reflexionar sobre nuestro pasado y a valorar la importancia de la democracia y la dignidad humana.