La Basílica de Nuestra Señora de la Altagracia es uno de los templos religiosos más importantes y visitados de la República Dominicana. Se encuentra en la ciudad de Higüey, en la provincia La Altagracia, y es un símbolo de la devoción mariana del pueblo dominicano. Este santuario fue construido en honor a la Virgen de la Altagracia, la madre espiritual y protectora del pueblo dominicano, cuya festividad se celebra cada 21 de enero.
La devoción a la Virgen de la Altagracia data desde los primeros años de la colonización española, en el siglo XVI. Según la tradición popular, dos hermanos trajeron una imagen de la Virgen desde España, y pronto comenzó a ser venerada por los fieles en la región de Higüey. Con el paso del tiempo, se le atribuyeron numerosos milagros, lo que llevó a un aumento considerable de peregrinos y devotos. La imagen original de la Virgen se encuentra en un nicho especial dentro de la basílica. Esta obra de arte religioso, de estilo renacentista, representa a la Virgen María cuidando al Niño Jesús mientras duerme, rodeada de símbolos cristianos.
Debido al crecimiento de la devoción y la cantidad de peregrinos que acudían a Higüey, se tomó la decisión de construir un templo más grande y moderno que reemplazara la antigua iglesia colonial. La primera piedra fue colocada en 1954, pero la construcción tomó varios años y fue finalmente inaugurada el 21 de enero de 1971. El diseño arquitectónico fue realizado por los arquitectos franceses André-Jacques Dunoyer de Segonzac y Pierre Dupré, quienes crearon una estructura innovadora que mezcla lo moderno con lo espiritual. La gran estructura en forma de arco simboliza las manos elevadas en oración, y se ha convertido en un ícono reconocible del paisaje de Higüey.
La basílica mide aproximadamente 80 metros de largo y 33 metros de alto, y su arco principal alcanza una altura de más de 75 metros. Su diseño interior es sobrio pero impactante, con vitrales coloridos que filtran la luz natural y crean una atmósfera de recogimiento y espiritualidad. Uno de los elementos más destacados es el campanario, que cuenta con un sistema de campanas que se escucha a kilómetros de distancia. En su interior también se encuentran obras de arte religioso, relicarios y espacios dedicados a la oración.
En el año 1979, la Basílica fue visitada por el Papa Juan Pablo II durante su visita al país, lo que fortaleció aún más su importancia como centro religioso nacional. En ese mismo año, fue declarada Monumento Nacional por el Estado Dominicano. Cada año, cientos de miles de personas peregrinan desde distintas partes del país para rendir homenaje a la Virgen de la Altagracia, especialmente en el mes de enero. Durante esas fechas, Higüey se convierte en el epicentro de la fe dominicana, con misas multitudinarias, procesiones y actos culturales.